SIN EL CRISTIANISMO NO SE PUEDE

Reflexiones sobre la libertad humana y la ética en Occidente

Estimados lectores: les pido un minuto de reflexión para que puedan repensar qué intenta comunicar el título. Una lectura superficial puede entusiasmar a las personas de fe (cualquiera sea ella); pero mi mayor preocupación es por aquellos fieles hijos de la modernidad occidental, entusiasmados por el progresismo, que hoy se pueden definir como agnósticos, no creyentes…etc. Es a ellos a los que me dirijo para decirles que en este texto la fe ni ayuda ni entorpece. El cristianismo será un trasfondo filosófico que se presentará como una extensa reflexión que ayude a rescatar los valores fundantes de la modernidad: esto es el humanismo cristiano. Sin embargo, nos queda el interrogante de por qué siendo una verdadera revolución espiritual que respondía a una necesidad de entonces, no encontró la fuerza necesaria para resistir el vendaval de un materialismo torpe en los siglos XVIII y XIX.

Lo invito a que me acompañe a ir recuperando aquellos valores que fueron muy ingenuos, y por ello fueron vencidos por el embate de una burguesía triunfante que enarboló el individualismo. Que suplantó el amor comunitario por la figura egocéntrica del self-made man (hombre hecho a sí mismo). Éste levantó las banderas de la acumulación de dinero como un camino de triunfo y premio final. Pero ese camino no admitía a los hombres sencillos, de buen corazón. Para recorrerlo debían armarse con la armadura del desprecio a los pobres y humillados: los nuevos conquistadores modernos avanzaron sin volver la vista atrás para no ver el campo que dejaban; ello los ayudó a no tomar conciencia de lo que iban dejando en su marcha triunfal.

Los valores del humanismo cristiano fueron derrotados por un pragmatismo obtuso (instrumento de los poderosos para quebrar los viejos ideales humanistas). Esa historia ya está terminando en estos tiempos, en un hoy en el que los resultados de esa batalla histórica dejaron un puñado de súper millonarios y un tendal inmenso de combatientes agotados, con las banderas ya deshilachadas de la Modernidad. También deja muchos heridos descreídos, escépticos, a los que se les ofrece las explicaciones de lo que han llamado pos-modernidad (lo que emergió después del agotamiento de las promesas incumplidas).

Si estas palabras lo seducen, amigo lector, lo invito a que me acompañe a recorrer caminos de esperanzas, con la mirada puesta en un nuevo horizonte, en cuyo camino iremos reconstruyendo aquella vieja utopía humanista (U-topos = lo que no tiene lugar en el presente) de un Hombre nuevo para un mundo nuevo.

https://ricardovicentelopez.com.ar/wp-content/uploads/2023/03/Sin-el-cristianismo-no-se-puede.pdf

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