02- Humana mente (19/04)

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Hay una palabra que comenzó a usarse hace unas pocas décadas, aunque sin mucho entusiasmo: “naturalización” de los fenómenos sociales, económicos y políticos. Otro caso similar que, sin embargo pasa desapercibido por lo general, es la “globalización”. Veamos qué dice La Real Academia de esta última:

“Difusión mundial de modos, valores o tendencias que fomenta la uniformidad de gustos y costumbres; proceso por el que las economías y mercados, con el desarrollo de las tecnologías de la comunicación, adquieren una dimensión mundial, de modo que dependen cada vez más de los mercados externos y menos de la acción reguladora de los Gobiernos”.

Wikipedia lo define así:

La globalización es un proceso económico, tecnológico, político, social, empresarial y cultural a escala mundial que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por la sociedad, y que ha abierto sus puertas a la revolución informática, llegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones nacionales e internacionales.

                 Ahora la “projimidad”, concepto que profundiza lo que la “proximidad” significa, puesto que le agrega la sensibilidad por los padecimientos posibles del otro y acude en su ayuda. La “proximidad” habla de distancia; la “projimidad” habla de compromiso. Ese que expresa Terencio al afirmas que “nada de lo que es humano me es ajeno”. La diferencia radica en cómo se lo siente a ese otro, a ese que al convertirlo en un prójimo le expresa su com-pasión. Analicemos un poco esta palabra.

Las diferencias aparecen cuando se cambia la actitud respecto del otro, convertido en “prójimo”. Acá debemos enfrentar un problema que nos obliga a detenernos a pensar. Ello es hoy más necesario que en otros tiempos. Por lo tanto debemos asumir toda esta problemática y equiparnos con conceptos que enriquezcan nuestro pensamiento.