1.- El tema de la manipulación de la opinión pública, o de la conciencia ciudadana, está sumergido en una especie de mar de brumas. Esto no es casual es la enorme incidencia que tiene para el análisis de cómo se formas las ideas, creencias, modos de pensar del público de las sociedades pos- revolución industrial. Es mucho lo que se dice respecto a la posibilidad o imposibilidad de que tal cosa pueda suceder. Por esa razón hemos estudiado los textos de Edward Bernays, como uno de los iniciadores de esas investigaciones. Ahora vamos a introducir en estos encuentros a otro de esos personajes importantes, pioneros en el tema de la comunicación pública. Nos referimos al Doctor Walter Lippmann (1889-1974). Una breve biografía:
Fue un importante intelectual estadounidense, periodista, comentarista político, filósofo, crítico de medios. A los 17 años ingresó en la Universidad de Harvard donde se graduó en tres años, especializado en filosofía y lenguas (inglés, francés y alemán). Uno de sus temas centrales fue lo que él detectó como un problema de la sociedad moderna: la tensión existente entre libertad y democracia en el complejo mundo moderno, dos veces fue premiado con el Pulitzer (1958 y 1962). Fue un prolífico escritor, publicó una importante cantidad de artículos y libros.
2.- El primer intento de dar una definición empírica de la opinión pública surge en las primeras décadas del siglo XX entre los estudiosos de la comunicación. Esto coincide con la extensión y difusión que fueron adquiriendo la prensa escrita y radial. Walter Lippman, publica en 1922 Public Opinion (La opinión pública), concepto con el cual califica un fenómeno que se estaba comenzando a estudiar. Este libro es considerado por muchos analistas e investigadores como el primer tratado moderno sobre este tema. En esta obra, y en otra posterior, The Phantom Public de 1925 (El público fantasma), desarrolla los elementos centrales de una definición del concepto de pleno uso hoy.
En un artículo de Manuel Herrera, Doctor en Ciencias Políticas y Sociología, Licenciado en Geografía, Historia y Filosofía por la Universidad de Granada, titulado La vigencia de Lippmann para el estudio de la opinión pública (13-2-2017) escribe:
La preocupación de Lippmann era analizar los mecanismos por los que se forma la opinión pública: los denominó estereotipos [[Imagen o idea aceptada por un grupo o sociedad con carácter inmutable]. Estos son un molde que se extiende rápido en conversaciones o en cualquier otra interacción. Implican asociaciones negativas y positivas de ciertos temas o personajes que quedan marcados de forma definitiva. Lippmann percibe que existe una clara diferencia entre las experiencias de primera mano y las que se reciben por otros medios, especialmente los medios de comunicación de masas, pero la gente no es consciente de ello.
3.- Se percibe claramente que Lippmann ha demostrado tener un ojo clínico que le permitió diagnosticar, con precisión y claridad, el mecanismo mediante el cual se va formando la opinión de grandes grupos sociales. Además de cómo ello va conformando una especie de matrices de pensamiento que moldean la conciencia colectiva, de allí concluye:
Por tanto, los medios pueden formar estereotipos rápidamente. Una consecuencia evidente de ello es que las opiniones no se forman a través de un proceso racional y calculado, sino a través de estereotipos. Estos son un tamiz para la percepción, los procesos cognitivos están condicionados por las actitudes, como luego mostraron los estudios sobre percepción selectiva. Con Lippmann comienza la investigación moderna sobre la opinión pública sostenida por una orientación empírica, que abandonaba los debates teóricos de la época. Sin embargo, es en el periodo de entreguerras cuando se consolida el interés científico por el estudio de la opinión pública, fundamentalmente de la mano de los estudios sobre comunicación y de los experimentos de la Psicología Social sobre el efecto de la exposición a los nuevos medios de masas.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la Sociología y la Ciencia Política comienzan a interesarse ampliamente por la investigación en opinión pública, fundamentalmente gracias a la generalización de los métodos de investigación a través de encuestas. No se debe olvidar el impacto que había generado la experiencia nazi en el manejo de las masas. En la segunda mitad del siglo XX los estudios de opinión pública han experimentado un crecimiento asombroso, tanto desde el punto de vista de su relevancia académica, como política y social, dando lugar al desarrollo de un campo de investigación multidisciplinar en el que se pueden inscribir estudiosos procedentes de todas las áreas de las Ciencias Sociales.
Es indudable la importancia que el tema tiene para analizar el papel de los medios de información actuales. Nos despedimos hasta nuestro próximo encuentro.