La debilidad del Estado y la concentración económica II

Nos han acostumbrado desde hace mucho tiempo a hablar del mercado, de sus logros, de sus límites y de sus contraindicaciones. Esto tuvo su contraparte en las denuncias y críticas de la intromisión del mercado (por medio de las privatizaciones) en sectores sociales: salud, educación, pensiones, correos, comunicaciones, desarrollo económico, etc. Esto nos obliga a pensar que se debe replantear el libre mercado, tal cual se practica hoy, porque su lógica ha ido demasiado lejos, dado que se nos ha metido en todos los campos de la vida y ya podemos comprobar sus consecuencias. Hoy debemos llegar a la conclusión de que la defensa del neoliberalismo como doctrina y como proyecto, dice de Sebastián «es una cortina de humo para ocultar el avance de la planificación central”, que practican los grandes monopolios que resultan de las fusiones y adquisiciones de los últimos años.
Parece que hemos caído en el engaño que nos tendió el neoliberalismo. Al rescatar la vieja doctrina liberal de la defensa del individuo, que tuvo su razón de ser ante la omnipresencia arbitraria del estado absolutista de los siglos XVIII y XIX, creímos sumarnos a la defensa de las libertades individuales, que se expresaban, según la actualización de esta doctrina. La estrategia fue astuta: se defiende la eficiencia del mercado en la asignación de los recursos para dar la impresión que se lucha por la competencia, pero en realidad se trata de tapar el hecho de que se está reduciendo la competencia y destruyendo el mercado. El mercado y la competencia se están destruyendo en la medida en que se consolidan los enormes monopolios que están surgiendo ante nuestros ojos. Mientras discutimos con los apologistas del mercado, no nos ocupamos de quienes lo están destruyendo. El economista de Sebastián sintetiza en las siguientes tesis el estado actual del mercado internacional, escenario de la concentración del poder, en todas sus variantes, económico, político y su incidencia en lo social:
a) Las empresas que más tiran de la economía son empresas nuevas, en el sentido de que incorporan y se benefician de las nuevas tecnologías, los nuevos productos relacionados con las telecomunicaciones, la informática y la computación y sus aplicaciones a sectores tradicionales, como la industria, la banca y el comercio.
b) Estas empresas tienen muchas veces objetivos a corto plazo: aumentar el valor de las empresas, es decir su cotización en bolsa, lo cual les interesa más que generar beneficios normales y distribuir dividendos.
c) La fuente de capital financiero son los grandes fondos de pensiones, de seguros y de inversión, que no son manejados por sus propietarios sino por especialistas que detentan un poder enorme para bien o para mal de muchas economías, los nuevos gestores del poder mundializado.
d) La fusión de empresas, que lleva consigo la reducción del número de las que operan y compiten en un sector, esta ampliando el radio de acción de la planificación central en sectores cada vez mayores de la economía.
e) Se está transformando la forma de trabajar, el concepto de empleo permanente y estable se está sustituyendo por el de empleo flexible, es decir cambiante e inestable, a la par que cambian los conceptos de lealtad, fidelidad del personal y su compromiso con una determinada empresa.
Las relaciones de los conglomerados empresariales con los gobiernos y otras administraciones públicas están cambiando. Sobre todo en la cuestión de los impuestos, que se les sustrae a los estados a la vez que se echan nuevas cargas (los despidos masivos) sobre el sector público. Creo que debemos pensar desde este escenario de hoy el tipo, el momento y la cantidad de batallas a librar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.