¿De qué modelo se habla? final

Si algún político, estudioso de los fenómenos socio-políticos, venido del espacio cósmico llegara a la Argentina con la intención de estudiar el comportamiento de los votantes se encontraría en serias dificultades. Porque para comprender las conductas de los votantes supondría, con una lógica nada descabellada, que aquellos que resultaran los más beneficiados por la gestión de un gobierno serían los más fervientes apoyos con que contarían. Y aquí aparece la i-lógica de la lógica con que pretendiera estudiar los modos de votar y las preferencias de los votantes. Si bien las estadísticas no siempre reflejan con toda claridad la realidad socio-económica, y no faltan los que digan que siempre están manipuladas y algo de razón tienen, las mejoras sociales producidas desde la terrible noche de la represión en Plaza de Mayo en Diciembre de 2001 hasta este 2009 se han repartido con cierta inequidad, viéndose favorecidas las clases medias y altas y un poco menos los sectores del trabajo.
Sin embargo, las preferencias políticas de estos sectores se distribuyen, de acuerdo a los resultados del 29-6 actuales encuestas, en forma aparentemente incomprensible, siguiendo la lógica anterior: los sectores menos favorecidos apoyaron la gestión de Gobierno, los otros se encolumnan detrás de la dura oposición. Estos se sienten representados por las cámaras empresariales y por la mesa de Enlace del “campo privilegiado”. Todos estos últimos sectores tienen como voceros, como ya dije, a los grandes medios. Esto le lleva a decir a Raúl Dellatorre que: «Fueron los que más ganaron con el cambio de modelo económico en 2003, pero hoy lo enfrentan. La cúpula empresaria juega a una oposición fuerte en plena campaña, buscando condicionar las políticas de los próximos dos años».
Y lo más lamentable para la salud de nuestra democracia es que al no existir partidos de oposición con programas claros y propuestas atrayentes el espacio que queda vacío entonces es ocupado por esos voceros no partidarios: «Así como en 2008 las entidades rurales les “robaron” el protagonismo a los partidos y alianzas políticas que pretendían referenciarse como eje de la oposición, en estas elecciones otro sector empresario, con la Unión Industrial Argentina a la cabeza, se erigió en el sector que confronta más duro con el Gobierno y su modelo económico». Ese vacío en la política tiende a ser ocupado por el que se sienta en condiciones de hacerlo: «Frente a este desafío, quien recogió el guante y aceptó el duelo es el establishment local que, como no sucedía desde hace tiempo, ha logrado unificar discurso y posturas públicas. Si es el modelo el que está en juego, ellos, el establishment, tienen algo que decir. Algo que le “marque la cancha” al Gobierno sobre “lo que se puede o no se puede” hacer. Cierto sector de la oposición, dócilmente, los acompaña».
Los candidatos del gobierno manifestaron que lo que estaba en juego es el modelo de país, partiendo de la base de a quiénes molestaron muchas de las decisiones tomadas. Si bien el gobierno está lejos de haber resuelto muchos de los grandes problemas que tiene nuestro pueblo, no se debe perder de vista que esos sectores volverían con gusto al modelo de los noventa, como De Narváez que lamenta que Menem no haya triunfado en el 2003 y otro tanto dice Macri. «Los grupos de poder económico advierten que en estos días se define la orientación de la política económica por lo menos de los próximos dos años (en esto coinciden con el gobierno), pero advierten que el gobierno se está viendo tentado a echar mano de instrumentos de mayor intervención del Estado, como fue la eliminación del sistema de las AFJP y la política activa que se está dando con los fondos administrados ahora por la Anses. No quieren ver avanzar esta tendencia, por eso confrontan».
Creo que esto ha quedado claro respecto de lo que en parte se ha decidido en este domingo de Junio. Y en los próximos meses podremos ver cómo votarán los elegidos los proyectos que lleven el país hacia delante o hacia el pasado. Algunos de ellos no nos sorprenderán puesto que ya sabemos como piensan y como gestionan y a favor de quienes lo hacen: la defensa del capital concentrado y hacer pagar los costos de la crisis a los que trabajan, como ha sucedido tantas veces en el pasado. Tal vez, la incógnita resida en algunos sectores que no se han alineado con claridad y que deberán mostrar en sus votaciones su proyecto para todos nosotros. En esto se centraba el problema del modelo.

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