Decir que las instituciones empresariales manipulan la información, la tergiversan y la acomodan a sus intereses no es una novedad, pero es necesario decirlo una y otra vez porque hay mucha gente que recibe información sólo por los medios socios de esas cámaras institucionales de los patrones millonarios internacionales. Quedó manifestado en una nota anterior el contenido de los comentarios de esas cámaras, recogidos por los medios habituales. Debemos agregar ahora que representantes de esas cámaras en viaje de negocios y política por los EEUU se reunieron con funcionarios del Departamento de Estado. Lo conversado en esas reuniones llegó a las redacciones consabidas y fue reflejada en las publicaciones, entre ellas destaco la del sumiso y obediente Marcelo Bonelli quien escribió la nota “El gobierno busca el apoyo del Tesoro Norteamericano” que enojó al Departamento de los EEUU. Veamos parte de la nota:
«El embajador Milton Drucker, jefe del área Cono Sur del Departamento de Estado norteamericano fue claro con los empresarios de nuestro país: «No entendemos a la Argentina». El subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental dio una larga lista de países amigos y con problemas de América del Sur; Craig Nelly agregó: «Argentina no está en nuestra agenda y todo se debe a la posición de su Gobierno».
Ambos funcionarios formularon estas declaraciones el miércoles, ante la cúpula de la Unión Industrial Argentina, en las oficinas del poderoso Departamento de Estado de Estados Unidos. El equipo de Héctor Méndez escuchó pacientemente, y la cúpula fabril cumplió su compromiso con el Gobierno: evitar echar más leña al fuego en la relación entre la UIA y la Casa Rosada. Primero cumplió -como anticipó Clarín- al no llevar el conflicto de las estatizaciones al exterior. Tampoco hicieron declaraciones públicas ni privadas contra el Gobierno».
Muchas veces la ingenuidad de un vasto público consume esta información que, por regla general, no es desmentida por nadie. Uno se pregunta ¿qué habrá pasado para que los funcionarios del país del norte salieran al cruce con una declaración tan dura como poco habitual: «Escribimos para expresar nuestra objeción, en los términos más duros posibles, a la nota “El gobierno busca el apoyo del Tesoro Norteamericano”, que apareció el 12 de junio en la edición de Clarín. Las citas textuales atribuidas son absolutamente falsas y fueron publicadas sin estar basadas en la verdad. Estamos totalmente en desacuerdo con la mala interpretación de nuestra conversación con representantes de la Unión Industrial Argentina (UIA). De hecho, valoramos enormemente la fuerte relación que tenemos con el Gobierno de Argentina, el que está basado en objetivos compartidos, valores e intereses comunes».
Este tipo de desmentidas es realmente sorprendente y demuestra que hay veces en que la desmesura de ciertos medios harta hasta a los mismos dueños del poder. Es de pensar que el enojo no se debe tanto a que no haya funcionarios del norte que están en desacuerdo con el actual gobierno y ayudarían a todos aquellos que tengan posibilidad de reemplazarlo. Pero, pareciera que la llegada de Obama a la casa Blanca ha exigido un cambio de los tonos, los métodos, y de los estilos diplomáticos que no toleran la desmesura de nuestros burdos dirigentes que fueron a buscar, una vez más, apoyo exterior para avalar sus intereses mezquinos. Esos cambios se perciben en la nota del Departamento de Estado cuando sostienen:
«Hemos reiterado públicamente, nuestro deseo de mantener y de fortalecer esas relaciones [con el gobierno argentino], y de aumentar la cooperación en áreas de educación, energía renovables, y ciencia y tecnología. Nuestro compromiso de hacerlo, es manifestado en nuestro diálogo de alto rango, el cual resultó en cuatro acuerdos bilaterales y nuestra continua cooperación en tales foros multilaterales como Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y el G20. De hecho, nosotros planeamos viajar a la Argentina en los próximos meses para continuar estas discusiones con el gobierno y el sector privado, las cuales apuntan a fomentar oportunidades para compañías argentinas y estadounidenses, en el medio de la crisis económica global».
Los apuros por desestabilizar las relaciones internacionales que demuestren los deseos de esos dirigentes de la oposición de aislar al actual gobierno no son correspondidos por el presidente Obama. Repito una vez más: esta es otra prueba de que se contraponen dos modelos: con los intereses de la Nación o con los intereses de las multinacionales.