Eugene Luther Gore Vidal, más conocido como Gore Vidal, es un escritor estadounidense de 83 años que se ha convertido, a través de décadas en un agudo crítico de la vida norteamericana. Con una vasta producción literaria, de excelente calidad, en la que relata partes de la historia de su país, nos muestra una cara muy diferente del juego político y cultural que nos permite pensar mejor sobre el capitalismo salvaje desde una mirada novedosa. Portador de una cultura humanística sorprendente, cuando la comparamos con muchos de los personajes más conocidos y respetados, hace gala de una sabiduría en sus juicios que valen la pena leer para pensarnos a nosotros.
En una entrevista publicada en el diario «The Independent» sostiene que «el experimento de su país ha sido un fracaso y que pronto EEUU quedará relegado a algún lugar entre Brasil y Argentina, al puesto que le corresponde». No debemos ignorar el sesgo irónico que siempre utiliza en sus manifestaciones, lo que no debe impedir reflexionar sobre sus afirmaciones. Lo que propongo en esta nota es leerlo pensando desde nuestro país para comprender con mayor profundidad nuestra problemática. Vidal confiesa que cuando Obama fue elegido presidente «estaba ilusionado como todo el mundo, pero desde entonces he llegado a la convicción de que el primer presidente intelectual que hemos tenido en muchos años no está a la altura de la tarea. Es incompetente y le derrotarán en la re-elección» con este vaticinio el escritor, tan provocador como siempre, no oculta su enojo por el estado en que se encuentra su país.
En otras notas he hecho referencia a la muy baja calidad de nuestros dirigentes, Vidal dice «Obama quiere gustar a todo el mundo, y creía que para ello le bastaba hablar razonablemente. Pero el Partido Republicano no es un partido político. Es una mentalidad, como las juventudes hitlerianas. Rebosa de odio… no hay forma de convencerlos para sumar esfuerzos. No merece la pena siquiera intentarlo. La única forma de tratar con ellos es aterrorizarlos, pero [Obama] es demasiado delicado para ello. Él es el doble de intelectual de lo que era el presidente John Kennedy [Vidal era amigo suyo] pero Jack conocía el ancho mundo».
Aparecen acá dos referencias muy interesantes para nosotros: una, la alabanza a la formación intelectual de Obama como una excepción dentro del mundo de la política, lo cual pinta claramente en manos de quienes está la política de allá y de acá. Lo segundo, y esto nos debe hacer pensar detenidamente, el odio de la oposición como metodología política. Y frente al odio no conozco argumentos capaces de hacer cambiar una opinión sostenida desde ese talante. El método que sugiere, el terror, no puede ser utilizado cuando se posee un nivel intelectual sobresaliente. Esto coloca frente a frente dos posiciones casi irreductibles: la inteligencia frente a la necedad. Estoy tentado de escribir «Cualquier parecido con la vida política nuestra es mera coincidencia».
Todo ello lo lleva a Vidal a hacer pronósticos pesimistas sobre el destino de su país, lo cual nos debe hacer notar sus consecuencias: «Afganistán será lo que termine con el imperio estadounidense», y esto debe ser leído dentro de lo que ya quedó dicho respecto de los republicanos y los negocios armamentísticos. No es el único de los analistas en afirmarlo. I. Wallerstein, importante historiados norteamericano, dice en esa misma línea: «¿Por qué es tan difícil para Estados Unidos zafarse de intervenciones militares que tan patentemente está perdiendo? Algunos analistas de izquierda, en ese país y en otras partes, dicen que ocurre porque es una potencia imperialista y por tanto se involucra en intervenciones militares con el fin de mantener su poder económico y político en el mundo».
Pero Vidal le agrega lo que Benjamin Franklin (1706-1790) decía: «Él previó todo esto. Le cito porque la mayoría de los norteamericanos ni siquiera saben ya quién era. Cuando se elaboraba la Constitución en Filadelfia en 1781, Franklin se limitó al papel de observador. No quiso participar en ella», y lo explicó así: «Van ustedes a tener una república si es que logran mantenerla. Todas las constituciones como ésta han fracasado desde el comienzo de los tiempos por culpa de la corrupción de las personas». Según Vidal «Estados Unidos es un país que está amenazado sólo porque amenaza a otros. En geopolítica, como en la física, no hay acción sin reacción, los ataques terroristas del 11 de septiembre contra EEUU eran previsibles».
Acá nos deja otra idea negativa pero que no debe ser desechada. La democracia tiene su escollo más grave en la corrupción. Este es el peor mal que se ha diseminado junto con la globalización, ésta no la inventó pero la promocionó como método político. Éste es nuestro mayor desafío, empezando por casa.