Lo dicho en columnas anteriores respecto de la mentira como técnica o estrategia de la información de los grandes medios, merece ahora un análisis más detallado. Un punto de referencia incuestionable lo encontramos en el discurso que el General Eisenhower pronunció en 1961, en el acto de trasmisión de la presidencia a John F. Kennedy. Allí afirmó:
Esta conjunción de un inmenso sistema militar y una gran industria armamentística es algo nuevo para la experiencia norteamericana. Su influencia total (económica, política, incluso espiritual) es palpable en cada ciudad, cada parlamento estatal y cada departamento del gobierno federal. Existe y existirán circunstancias que harán posible que surjan poderes en lugares indebidos, con efectos desastrosos. Nunca deberemos permitir que el peso de esta combinación ponga en peligro nuestras libertades y nuestros procesos democráticos.
Doce años después, en el encuentro que realizó la Conferencia Nacional sobre la Reforma de los Medios se volvió a tratar el tema y se informó que la concentración de los medios de comunicación en EE.UU., y las estrategias para frenarla, fueron el tema central. En la reunión posterior del 2008 se debatió otra vez el tema de los medios y sus dificultades para la libertad de expresión:
En esa oportunidad se realizó una encuesta entre los miles de participantes para estudiar las ideas que imperaban. Una de las preguntas de esa encuesta consultaba si creían en la existencia de un complejo militar-industrial-mediático que promueve la dominación militar mundial de EEUU: El 87% dijo que sí. La expresión complejo-industrial-militar se enriqueció con el agregado de mediático, como un modo de referirse a la nueva complejidad que se detectaba a partir de la década de los ochenta. Los participantes coincidieron sobre el crecimiento del poderoso grupo de dominación global que existe dentro del gobierno de EEUU, en los medios y en la estructura política nacional, que se extiende por sobre el planeta. Esa estructura está compuesta por un grupo neo-conservador de unos pocos cientos de miembros comparten la meta de afirmar la potencia militar estadounidense en todo el mundo.
Agrega la página www.democracynow.org sobre el tema:
Este Grupo Global de Dominación, se ha convertido en una poderosa fuerza a largo plazo en unilateralismo militar y procesos políticos de EEUU, en el que cooperan los grandes contratistas militares, los medios corporativos y las fundaciones conservadoras.
Este poder, que fue creciendo desde la Guerra Fría, período que comienza con el final de la Segunda Guerra (1945), se prolongó hasta la disolución de la Unión Soviética (1991). A partir del 11 de septiembre, con el atentado contra las Torres Gemelas (2001) incrementó su poder adquiriendo la forma de Guerra Global al Terrorismo. La Conferencia Nacional sobre la Reforma de los Medios definió cuál era el estado del problema:
La agenda de dominación global también incluye la penetración en los Directorios de los grandes medios corporativos en EEUU. En 2006 solo 118 personas tenían la calidad de miembro de las juntas directivas de los diez mega-grupos del “big media”[1]. Estos mismos 118 individuos se sentaban al mismo tiempo en los Consejos Directivos de 288 corporaciones nacionales y transnacionales. Cuatro de las diez mayores corporaciones de medios tienen en sus juntas directivas representantes de las mayores compañías contratistas del ministerio de Defensa: William Kennard: New York Times, Carlyle Group.- Douglas Warner III, GE (NBC), Bechtel.- John Bryson: Disney (ABC), Boeing.- Alwyn Lewis: Disney (ABC), Halliburton.- Douglas McCorkindale: Gannett, Lockheed-Martin.
Esta dominación política y militar sobre la información internacional, que se fue consolidando por la compra de los medios de comunicación más importantes por parte de empresas multinacionales, han logrado un control total sobre la información que circula en el escenario internacional: qué se publica, qué se oculta, qué se tergiversa, todo se resuelve en un pequeño círculo de grandes empresarios que disponen de un cuerpo de periodistas mercenarios a su servicio. Hay un viejo dicho: “Cuando comienza la guerra la primera víctima es la verdad”. Pues bien estamos en guerra, guerra que en realidad nunca se detuvo desde 1945 hasta hoy.
Ahora puede quedar más claro que la posverdad es la confesión de la mentira permanente que ha sido publicada.
[1] Es un conglomerado de empresas que posee un gran número de empresas de diversos medios de comunicación como la televisión, la radio, la edición, las películas y la Internet.