XIII.- Reflexiones sobre la política – La democracia y el mercado– LU3 – 7-3-17

Voy a insistir sobre una dificultad que impone el lenguaje mediático. Con su capacidad de imponer nuevos sentidos a las palabras, o distorsionarlo, o aguachentarlo, de modo tal que se va perdiendo insensiblemente la posibilidad de entendernos con claridad. Son mucho los casos en que esto se produce, pero nos llevaría muy lejos meternos en este tema. Puse en el subtítulo dos conceptos que se manejan diariamente con mucha liviandad. Esto, como muchos ya saben no es inocente.

Comienzo citando a una autoridad académica del país del norte, de indiscutible prestigio: el Doctor Lester Thurow (1938-2016):

Fue un economista y político estadounidense, recibió un Ph. D. por la Universidad de Harvard; fue fundador del Instituto de Política Económica y Decano de la Escuela de Administración del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT); autor de una cantidad importante de libros y hombre de consulta para el establishment de su país.

Si me extiendo en sus antecedentes es para avalar la cita que sigue extraída de su libro El futuro del capitalismo (1996):

La democracia y el capitalismo tienen muy diferentes puntos de vista acerca de la distribución adecuada del poder. La primera aboga por una distribución absolutamente igual del poder político:”un hombre un voto”; mientras el capitalismo sostiene que es el derecho de los económicamente competentes expulsar a los incompetentes del ámbito comercial y dejarlos librados a la extinción económica. La eficiencia capitalista consiste en la “supervivencia del más apto” y las desigualdades en el poder adquisitivo.

Estas afirmaciones producirían el rechazo de muchas personas de buena formación intelectual, atrapadas en las “verdades de las academias” ligadas al establishment, de los EEUU y de muchas otras partes del mundo. Demás está decir que no pueden encontrar cabida en el discurso de muchísimos dirigentes políticos del mundo actual. Nuestro profesor merecería la acusación de comunista, si no acumulara los antecedentes mencionados.

Algunos comentarios: las definiciones que propone de democracia y capitalismo, tomadas por separado, pueden no generar mayores disputas, el entrecruzamiento de ambas sí. La democracia es un sistema político que se basa en el respeto de la libertad de conciencia y el derecho a expresarla cómo y cuando se crea necesario: “un hombre un voto”, es el reino del ciudadano portador de derechos iguales para todos ante la Ley. El capitalismo es un sistema económico que pregona la competencia como mecánica del desarrollo, y el triunfo de los mejor preparados en la batalla del mercado; allí se enfrentan los productores entre sí, en un nivel de su funcionamiento. El otro actor es el demandante (comprador o consumidor) que representa la presa a cazar.

En la competencia entre productores triunfan los más aptos (los mejor equipados y más potentes comercial y financieramente); define el resultado de esa competencia, en términos darwinianos-spencerianos[1], como la “supervivencia de más apto”. Estos, en su condición de tales, quedan habilitados para eliminar a la competencia inepta y enviarlas a la quiebra o a su fusión o absorción por el más fuerte. Se abre así el camino hacia la concentración monopólica: cada vez menos jugadores en el mercado y mucho más sólidos. En este juego los consumidores-compradores podrán continuar participando en la medida en que dispongan del dinero necesario para pagar. Entre ellos rige la ley de las desigualdades en el poder adquisitivo.

Se podría resumir en la siguiente expresión: democracia es el reino del voto igualitario; capitalismo es el reino del dinero y su ejercicio del poder.

Agrega Thurow (recuerden que escribe en 1996) con resonancias proféticas, ya que lo que señala es la realidad del mundo desarrollado de hoy:

A medida que la brecha entre la clase superior e inferior se ensanche y la clase media se reduzca, los gobiernos democráticos van a tener problemas serios para manejarse con la desigual estructura económica… La democracia, en cuanto al voto universal, es un sistema muy reciente y todavía no ha demostrado ser la forma política “más apta” disponible.

[1] Esta definición, en su sentido más usado, es más de Herbert Spencer (1820-1803) que de Charles Darwin (1809-1882). Fue el primero el que le dio su sentido más brutal.

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