La sociedad moderna y la subjetividad III Columna Nº 47 – 23-12-15

Para seguir avanzando en esta primera aproximación, propongo una cita del pensamiento de la doctora en Psicología Social, profesora Mirtha Cucco, egresada de la Universidad Complutense de Madrid. Su aporte a estas páginas parte de formular algunas preguntas, como comienzo del tratamiento del problema sobre el camino de salida de la crisis que es, al mismo tiempo, el de entrada en un mundo diferente.

¿Cómo nos transformarnos y, al mismo tiempo, intentamos transformar la sociedad a partir de ser hombres y mujeres enteramente capitalistas, construidos con las lógicas del capital? Esto nos sitúa en la necesidad de sentar las bases de una práctica social que ligue los contextos micro y macro sociales y transforme la realidad interna no menos que la externa. Nos enfrentamos aquí con una gran asignatura pendiente en el ámbito de la intervención político-social, que tiene que ver con el modo en que se soslaya, cuando no se desprecia como problema menor o sujeto al ámbito de la responsabilidad de cada uno para con su vida, el tema de la propia subjetividad en juego, construida con las mismas categorías de aquello que se pretende transformar.

Sus interrogaciones se afirman en la tesis de que no puede pensarse por separado lo que define como el contexto micro y el macro. Advierte que deberemos enfrentar una paradoja: lo que pretendemos modificar está construido con la misma materia con la que nos proponemos llevar adelante la tarea desde cada uno de nosotros.
En este juego, la autora denomina formaciones imaginarias sociales a los modos por los cuales la subjetividad asume como propio lo recibido del medio social, aunque no sea totalmente consciente de ello. La subjetividad resultante, pensada de esta manera, es siempre derivación de las relaciones dentro de un marco cultural; por lo tanto, su autonomía es, en gran parte, una forma engañosa de ignorar la dependencia.  Lo expresa con estas palabras:

Por el contrario, no hay personas o cosas a las que se agreguen cualidades por estar en el sistema capitalista, sino que la relación capitalista es la condición de estar mediada por personas y cosas capitalistas. Así, la conciencia mitificada de las personas capitalistas es una condición del funcionamiento de una economía capitalista. Si los cambios político-sociales no caminan junto a la liberación de la psiquis del individuo, si se apuesta por lo social negando la subjetividad, toda construcción va a ser autoritaria.

Es indudable que nos enfrentamos a un tema dificultoso, pero creo que ello es necesario para comprender un poco más nuestra relación consigo mismo, con nuestros prójimos – amigos o cercanos o conciudadanos en general – y como todo ello está enmarcado por una estructura social de condiciona la cultura. Somos un resultado de todo ello, pero un resultado siempre en elaboración.
Conviene agregar que la relación que vamos entablando con nosotros mismos no es todo lo trasparente que desearíamos. La conciencia nos juega algunas malas pasadas, o no responde a lo que desearíamos nos dijera. Incide también la omnipresencia de los medios de comunicación en sus contenidos. Veamos la siguiente investigación.
El Doctor en neurociencia, Fabricio Ballarini, postdoctorado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires; es Investigador del CONICET en el Laboratorio de la Memoria del Instituto de Biología Celular y Neurociencias Dr. De Robertis. Nos advierte respecto de “ciertas verdades” que no son tales y de otras que ignoramos:

Ningún recuerdo es verdadero. Se entra en fases de olvido y cada vez que se lo evoca hay un montón de detalles que se pierden o se modifican. En un recuerdo entran en juego las emociones, los intereses, la subjetividad, si te conviene o no, a veces te conviene olvidar determinadas cosas y eso tampoco se elige. Es muy fácil implantar un recuerdo. En este experimento con personas elegidas al azar se logró implantar un recuerdo falso a un 70 por ciento desde un medio de comunicación, lo cual es inquietante. Fue impresionante porque un montón de personas participaron. Logró ser trending topic − tendencias o temas del momento. Nos muestra de qué están “hablando” los seguidores del tema −, lo cual indicaba que había un interés enorme en saber si habían logrado responder bien o no. Algo muy simple pero que genera fascinación. Que tanta gente quiera participar fue increíble, en otro momento no hubiese sucedido.

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