La opción por la ignorancia

La ciencia que se fue encargando de estudiar los fenómenos económicos se fue convirtiendo, con el paso del tiempo en estos dos últimos siglos, en un problema semejante al de la física cuántica. Uno intenta leer y comprender pero es una tarea penosísima. En algún momento se me ocurrió estudiar economía para tener una visión más clara de esta fundamental problemática. Pero desistí, tal vez por incapacidad, por falta de volunta, etc., pero yo me dije que lo hice por “salud espiritual”. Aunque esa respuesta no haya sido muy clara, ni para mí, la acepté como buena. Entonces, me declaré ignorante, por las ventajas que otorga poder preguntar todo, aún lo más trivial y obvio, debiendo soportar la mirada superior de los especialistas. Ellos, con un lenguaje cargado de anglicismos, pueden responder con suficiencia.
Como la ignorancia otorga impunidad permite volver los intrincados problemas a su status más simple, al nivel de la discusión de la feria. Todos sabemos que estamos ante un proceso inflacionario. Según entiendo, esto se puede definir como un aumento de precios de los bienes que el ciudadano de a pie compra cotidianamente. Digo esto porque la propiedad inmobiliaria ha aumentado significativamente en los últimos años pero nunca apareció en los grandes titulares con caracteres de catástrofe, sin embargo el tomate si logró ese notable triunfo.
Ahora bien, por qué aumentan los precios. La pregunta nos remitiría a los que fijan los precios, es decir a los grandes productores o distribuidores. Por lo tanto, si algunos de los actores del mercado no deberían quejarse éstos serían los empresarios de esos rubros. Sin embargo, si leemos o escuchamos sus declaraciones (hechas por ellos o por los economistas que hablan en su nombre) nos enteramos de las preocupaciones que ellos tienen sobre este problema. Preocupaciones que les presentan a todos los candidatos que se reúnen con ellos. Éstos, como están en campaña, repiten esas preocupaciones textualmente. Lo insólito es que algunos funcionarios oficiales se dejan arrastrar por esta corriente y hablan desde los mismos problemas.
Por lo que todo el tema de los empresarios gira alrededor del aumento de costos de su producción, lo cual los obliga a aumentar sus precios. El sentido común, arma a la que apela la ignorancia, diría que entonces ellos están disgustos a reconocer que esos aumentos deben ser trasladados a los salarios. Perdón, una vez más mi ignorancia. Esto no se puede hacer porque aumentaría la inflación, ya nos lo explicó un economista serio como es el Dr. Lavagna.
Ahora bien, si el aumento de los insumos es el determinante del aumento de precios, la energía y demás servicios, en caso de aumentar agravarían la situación. Nuevamente la ignorancia mía. No puedo explicarme cómo los empresarios y sus asesores aconsejan el aumento de las tarifas de los servicios públicos.

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