En una nota publicada por La Jornada de México el periodista David Brooks de ese país, corresponsal del diario en los EEUU, le pone por título Obama se juega la presidencia con su reforma al sector salud. ¿Deberíamos entender que se está produciendo un intento de desestabilización a su gobierno? Para usar una palabra que el insustituible Nicolás Casullo lanzó al ruedo ¿se está promoviendo una acción destituyente? Entonces deebríamos preguntarnos qué es lo que está en juego allá. Este periodista comienza a desenvolver la madeja: «El grado de intervención estatal en el sector, es el punto más controvertido de su propuesta. En la mayoría de hogares estadunidenses los gastos médicos rebasan 15 mil dólares anuales. El presidente Barack Obama se está jugando su presidencia por una reforma cuyo objetivo es ofrecer acceso a los servicios básicos de salud a casi todos los estadunidenses, y a la vez reducir los costos exorbitantes del sistema más caro e ineficiente del mundo». Sugiero una traducción al idioma argentino: los servicios de audiovisuales son muy caros y no permiten el acceso de todos a la buena información.
«Obama ofreció un discurso ante una inusual sesión conjunta de las dos cámaras del Congreso, donde intentó reconquistar el terreno político sobre la reforma, al hablar no sólo a los legisladores, sino a la población en un acto transmitido en cadena nacional. Y es que enfrenta un desplome en su índice de aprobación, una opinión pública cada vez más cínica de que Washington pueda lograr algo, y cierto éxito de la derecha en generar temor y confusión en el debate nacional sobre las propuestas de la reforma (a la que incluso han calificado de proyecto socialista, donde el gobierno determinará quién vive y quién muere), todo lo cual amenaza con descarrilar esta iniciativa». Digamos como en las películas: “Cualquier similitud con la vida real (Argentina) es mera coincidencia”.
«Al señalar que había transcurrido casi un siglo durante el cual una fila de presidentes han buscado reformar de manera integral el sistema de salud, Obama dijo no soy el primer presidente en tomar esta causa, pero estoy determinado en ser el último. Indicó que su propuesta cumple con tres metas: mayor seguridad y estabilidad a los que ya cuentan con seguros de salud, otorgar seguros a los que no tienen, y reducir los costos de salud para las familias, los negocios y el gobierno. Somos el único país avanzado, el único país rico en el mundo que permite tales penas para sus ciudadanos, dijo, al recordar los millones de habitantes sin seguro de salud y sin acceso a servicios médicos básicos, o los que están al borde del desastre financiero en caso de enfermedad. Una vez más subrayó que el sistema de salud y sus costos ponen en jaque no sólo el bienestar social, sino toda la economía, y por lo tanto es urgente actuar». Cada lector puede hacer el ejercicio de traducción que más le guste.
«Denunció las tácticas de miedo que sus opositores han promovido sobre sus propuestas, y convocó a un debate honesto y bipartidista. Pero a la vez declaró que la hora de los juegos ha pasado. Ahora es la temporada de la acción. Advirtió: no desperdiciaré tiempo con aquellos que han hecho el cálculo de que es mejor política matar este plan en lugar de mejorarlo. No me quedaré inmóvil mientras los intereses especiales emplean las mismas viejas tácticas para mantener las cosas exactamente como están. Pero no se sabe si todo esto será suficiente, y muchos liberales y progresistas ya expresan su desencanto porque Obama y su equipo han cedido tanto en negociar la propuesta de reforma que el resultado final podría ser un triunfo casi vacío.
El punto más controvertido en las negociaciones de la cúpula política es el grado de intervención estatal en el gran negocio que es la salud en esta economía, con el objetivo de lograr la llamada cobertura universal de la población, o sea, que todos cuenten con un seguro de salud. Los reformadores dicen querer acercar a Estados Unidos al resto de los demás países desarrollados. Pero casi todos éstos cuentan con alguna forma de cobertura universal manejada por entidades gubernamentales. Algo así parece casi imposible aquí. En su lugar, Obama propuso esta noche una serie de medidas para obligar a las aseguradoras a otorgar servicios más accesibles a las mayorías, con condiciones legales para garantizar cobertura y limitar sus maniobras para suspender o cambiar el tipo de cobertura, junto con mecanismos, tal vez hasta públicos, para buscar formas de ofrecer seguros a casi todo ciudadano que no puede comprarlo en el mercado privado». Todo parecido es mera casualidad