Como he repetido varias veces yo no hago periodismo, por tal razón quiero detenerme un momento en esto. Sostengo que el periodismo cumple su misión informativa, qua ha caído en una catarata que borra cada día lo dicho en el anterior: eso es la noticia. Yo quiero proponer un espacio de reflexión que nos abra un camino hacia la posible comprensión del mundo. Para ello propongo un camino.
Un modo de análisis que no debe quedarse en la mera descripción del fenómeno de la información pública. Trabajemos con los significados de estas palabras. Comencemos con la palabra fenómeno, muy utilizada en el lenguaje coloquial, a través de diversos significados. Tomemos uno que nos obliga a pensar la Academia de la Lengua, lo define como:
«Es toda manifestación que se hace presente a la consciencia de un sujeto [para este caso el periodista] y aparece ante él como objeto de su percepción».
Repasemos y tratemos de comprender mejor que es manifestación:
Lo que se manifiesta se da a conocer de una manera determinada; dado que lo hace ante la conciencia de un sujeto determinado [el periodista] quien lo recibe a través de su percepción. Entonces, el fenómeno periodístico es todo aquello que se manifiesta ante la mirada del periodista y es percibido en tanto es algo que está presente.
El periodismo llama a esto noticia que se puede definir como:
«Comunicación o informe que se da acerca de un hecho o un suceso reciente, en especial si se divulga en un medio de comunicación».
También se puede tratar de una nota periodística:
La nota o comunicado de prensa es la herramienta básica del trabajo de de los medios. Es un escrito, o grabación, que reúne la información fundamental sobre algún tema, persona y/o producto, que los medios de comunicación se encargarán de difundir.
Con estas aclaraciones podemos avanzar partiendo de un comentario del diario El País de España acerca de qué es noticia:
“Una disparatada máxima que suele plantearse en las facultades de periodismo como ejemplo de qué es noticia: «Si un perro muerde a un hombre no es noticia. Ahora bien, si es un hombre el que muerde a un perro, la cosa cambia y se convierte en noticia».
Que este “disparate” se convierta en una fórmula para la “formación de un periodista” algo nos está diciendo. Demos un paso más: todo lo que queda dicho pertenece al mundo de la información. Se lo puede definir así:
La información es un conjunto organizado de datos procesados, que constituyen un mensaje que cambia el estado de conocimiento del sujeto o sistema que recibe dicho mensaje.
Otro modo que agrega algunos matices dice:
La información está constituida por un grupo de datos ya supervisados y ordenados, que sirven para construir un mensaje basado en un cierto fenómeno o ente. La información permite resolver problemas y tomar decisiones, ya que su aprovechamiento racional es la base del conocimiento.
La etimología nos aporta un análisis de la construcción de la palabra:
La palabra “información” se forma a partir de dos vocablos que heredamos del latín: “in” y “formatio”. El prefijo “in” indica dirección hacia dentro. Generar algo adentro, ese algo proviene desde afuera. El concepto “formatio” se refiere a la acción de formar o de dar forma, de generar algo. La construcción de ambos, in-formación, se debe entender, recuperando lo ya dicho, como:
La acción de producir en la conciencia de quien la recibe el mensaje periodístico una alteración que modifica el estado anterior: “que cambia el estado de conocimiento del sujeto o el sistema del que recibe dicho mensaje, ya que éste “está construido por un grupo de datos ya supervisados y ordenados.
Lo cual nos lleva a concluir que es sólo una versión, una construcción, de las interpretaciones posibles, como no puede ser de otro modo, ya que es la comunicación de las percepciones que la persona del periodista recibió, seleccionó, ordenó y supervisó la cantidad de datos que componía esa percepción. Sin olvidar lo que quedó apuntado más arriba: que esa percepción la recibe la conciencia de un sujeto determinado [el periodista] cuya trascripción objetiva es imposible, puesto que la composición de esa percepción es válida sólo para él y cuya comunicación ser verá modificada por la interpretación de quien la reciba.
Debo agregar que la palabra información da lugar a otra que aparece como su contraria: la desinformación. Su definición académica desmiente el uso del lenguaje coloquial. Leamos:
La desinformación, también llamada manipulación informativa o manipulación mediática, es la acción y efecto de procurar en los sujetos el desconocimiento o ignorancia y evitar la circulación o divulgación del conocimiento de datos, argumentos, noticias o información que no sea favorable a quien desea desinformar. Habitualmente es una de las argucias de la agnotología, que es el estudio de la ignorancia o duda culturalmente inducida, especialmente a la publicación de datos erróneos o tendenciosos a través de los medios de comunicación.
La gran pregunta: ¿cómo se sabe cuándo es información o desinformación?