La periodista y licenciada en Comunicación (UBA) Sonia Santoro diplomada en género y comunicación, hace un análisis sobre cómo se trata a la mujer en los medios de comunicación. Sostiene que hay un velado sexismo (o machismo) dada la cultura imperante en ellos que los empuja a ver todo con ojos de hombre. Es interesante leer las reflexiones de una mujer porque ella nos enseña a los hombres cuánto de prejuicio hay en los modos de enfrentar al otro sexo. Titula su nota como Noteros cancheros frente a adolescentes mujeres y anota: «Sorpresa y regodeo televisivo mostrando a chicas peleándose o tomando alcohol, en roles supuestamente reservados a los varones. Show de imágenes sobre mujeres jóvenes delincuentes y violentas. El Informe sobre la representación de las juventudes en programas informativos y periodísticos de Noviembre 2008/Marzo 2009, realizado por el Observatorio de Medios de Radio y Televisión sobre cinco programas televisivos, detecta mecanismos periodísticos que estigmatizan a los jóvenes en general pero especialmente a las adolescentes. El informe seleccionó cinco programas o segmentos televisivos, tanto de aire como de cable, entre fines de 2008 y principios de 2009. Ellos fueron: La Liga, Canal 11; Policías en acción; Los buscaroña de Canal 13; Informe especial Ciudad sin control de C5N; Informe Violencia adolescente Canal 26; Informe Impacto 9 Jóvenes en riesgo: Mucho alcohol y violencia de Canal 9».
Lo que la periodista resalta es la diferencia con la que se analiza y muestra imágenes de jóvenes de ambos sexos, y esto es lo que detecta el Informe. «Uno de los puntos analizados fue la desigualdad de género. Partiendo del marco de la teoría de género, analizaron que el consumo de alcohol, drogas y el comportamiento violento –temas recurrentes en estos programas-, se naturalizan cuando los protagonistas son varones. “Esto es debido a los estereotipos de género que definen al varón como agresivo, dominante y fuerte, en oposición a los asignados al género femenino; por lo tanto los comportamientos violentos no son esperados para ellas, interpretando estas conductas de manera bien distinta para unos y otras”, explica el informe».
Es notable cómo el ojo y el oído entrenado para este tipo de investigación pueden mostrarnos detalles que escapan a la mayoría de nosotros. «Así, en Policías en acción, por ejemplo, cuando el notero inquiere a chicas, lo hace en grupo y se trata de preguntas generales: no parece esperarse nada espectacular de aquello que ellas puedan responder, señala el informe. En Impacto 9, por otro lado, el periodista describe una pelea callejera: “Comienzan las piñas, nadie sabe bien por qué empezó y la policía que interviene para tratar de separar, pero no consigue, la verdad es que la policía no da abasto para tratar de separar esto y como ustedes verán, hasta las mujeres forman parte de esto. Uno podría pensar que es sólo una cuestión de hombres, pero no…”. Cuando se ve la imagen de una chica agachada, ocultando la cara contra la pared señala: “a la chica le rompieron la nariz”. Continúa: “Ahora son las chicas las que se pelean. De los pelos, piñas, cachetazos (…) Lo que en otra época era pelea de varones ahora es pelea de mujeres”».
Señala en su análisis que allí se reproduce y naturaliza un rol pasivo de la mujer en la sociedad principalmente desde la sorpresa o indignación que despierta que chicas y mujeres sean parte de fenómenos sociales históricamente considerados como patrimonio de los hombres. Los estereotipos de género, en este caso, la violencia física como característica distintiva de los varones y no esperable en las mujeres, impiden visibilizar que la violencia siempre es repudiable, independientemente de quienes la protagonicen. «Además se desprende de este hecho que es apreciado un tanto como “gracioso” y de menor calibre comparado con una “pelea de verdad” entre varones. En la misma línea, en el segmento de C5N el conductor, después de que una chica le pega una patada a un muchacho, señala: “me encantaría saber qué piensan, sobre todo los padres de la chica”».
Y agrega, como detalle sobresaliente en una expresión que intenta ser positiva –analiza el informe- distinguiendo cuáles son las bebidas de hombres y cuáles las de mujeres. En un comentario del conductor Matías Martin remata «El famoso trago de minita, que no es lo mismo que toma un verdadero hombre» actitud que continua sosteniendo la diferenciación por género. Por otro lado, «no se describe ni se enuncia las diferencias entre consumir y abusar del alcohol; podríamos decir entonces que según este criterio, todos las y los jóvenes se alcoholizan, lo cual trae consecuencias devastadoras. Pero si este supuesto abuso es protagonizado por mujeres jóvenes, la connotación es aún peor, perdiendo de vista que cualquier bebida alcohólica de la cual se abuse, trae la misma consecuencia en cualquier ser humano: una intoxicación».
El Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión está constituido por el Comité Federal de Radiodifusión (COMFER), el Instituto Nacional contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia (INADI) y el Consejo Nacional de la Mujer (CNM); en este caso, contó con la participación del Foro de juventudes del INADI y del Consejo Federal de Juventud, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social.