Como se habrá entendido se desprende de estas notas una idea poco optimista respecto de la posibilidad de cambiar el mundo dentro de este sistema, que se ha dado en llamar el capitalismo global. Esto debe despertar en nuestras mentes todas las preguntas necesarias que abran espacios de reflexión sobre un tema de tal gravedad para el futuro del hombre. Sin embargo, me apresuro a decir que el riesgo que se puede presentar de inmediato es el escepticismo. Debemos estar muy alertas a no dejarnos tentar de seguir ese camino puesto que, de hacerlo, la derrota queda aceptada sin más alternativas. Nuestro desafío nos obliga a tomar nota de la realidad que nos circunda y descubrir las grietas que este sistema tiene. Si no las tuviera sería perfecto, pero ello no es una posibilidad en esta Tierra. Esta certeza nos abre el camino de la esperanza, necesaria para poder detectar cómo los tiempos llegan para ofrecernos oportunidades. Sigamos a estos investigadores para que nuestro diagnóstico de la realidad no sea errado.
«Cuando nos sentamos a escribir esta historia, teníamos en mente a algunos de los contratistas de guerra más obvios: Boeing, Lockheed Martin, General Dynamics, etc. Pero cuando terminamos, supimos por qué cada legislador invirtió en contratistas de Defensa pero además, porque el alcance de la guerra llegó a un punto en que involucró los servicios de corporaciones nada sospechosas, más bien inverosímiles, por ejemplo Pepsi y Johnson & Johnson. Significa que no sólo fue difícil que los legisladores evitaran poseer tales inversiones para lograr una cartera diversificada de primer orden. Los legisladores por supuesto continúan haciéndolo así y continúan aferrándose a estas inversiones: en 2007, sus activos relacionados con Defensa valían entre 5,3 y 11,1 millones de dólares (resulta imposible calcular el valor exacto)». Va a parecer ahora las contraprestaciones de estos negocios. Los legisladores no sólo se benefician personalmente de las corporaciones del sector Defensa, sino también políticamente. En los primeros tres meses de 2009, las compañías del sector aportaron casi 2 millones de dólares a los candidatos, a los comités de partidos y a los comités de acción política, con el 57% del total yendo a los demócratas. En el ciclo de la elección 2008, el sector entregó 23,5 millones de dólares. El representante John Murtha (demócrata por Pennsylvania), presidente del subcomité de Asignaciones de Defensa de la Cámara, recogió 2,6 millones, más dinero colectado del sector que cualquier otro legislador desde 1989. Murtha consiguió algo de leña -y mucha atención- este año por sus conexiones con la ahora difunta empresa de lobby PMA Group, investigada por el FBI por denuncias de violación de leyes de financiación de campañas. Los clientes de la empresa eran sobre todo compañías de Defensa que buscaron asignaciones del subcomité de Murtha».
La campaña del ahora presidente Obama sostuvo la necesidad de comenzar a traer las tropas de Irak, por ello se plantean nuestros investigadores: «será interesante averiguar si los legisladores continuarán invirtiendo en contratistas de guerra, especialmente si disminuye su necesidad durante los años que vienen (y, por lo tanto, los lucrativos contratos con el DoD)». Concluyen diciendo, con cierto aire de tarea cumplida: «Hemos quedado satisfechos de que la gran prensa principal se haya interesado en sus portadas por las finanzas personales de los legisladores, además de sus variadas conexiones financieras con la industria de Defensa. La prensa frecuentemente toma datos de OpenSecrets.org y cita informes nuestros como éste, incluyendo al Wall Street Journal, Washington Post, New York Times, prominentes bloggers y muchos “perros guardianes” (“watchdogs”, denominación que alude a los observatorios críticos de los medios). Es relevante que el público entienda la relación completa entre los legisladores y las compañías afectadas por sus decisiones legislativas. Sólo entonces el grueso público puede determinar si se están tomando decisiones basadas en el dinero o los méritos».
Me queda la idea de que estamos es deuda en este rubro.