1.- Quien les habla, Ricardo Vicente López, les da la bienvenida a este programa Nº 3. En el programa anterior hice un ejercicio memorístico de informaciones, que llevan ya unos largos años, para desarrollar una tarea crítica respecto de la relación entre los hechos y la verdad sobre ellos. En esta relación no hay ya errores (si los hay juegan un papel secundario). Lo que queda demostrado es que la mentira, ya sea el ocultamiento, la mutilación o la tergiversación de la información, es el instrumento fundamental de todo el sistema de medios de información.
Son muchas las personalidades relevantes de la profesión que pueden dar sus testimonios. El tema planteado es el análisis de cómo incide todo ello, y cuáles son las consecuencias que padece la opinión pública por todo lo ya mencionado.
Nuestro primer invitado es el Profesor Fernando Castañeda, Doctor en Ciencias Sociales, con especialidad en Sociología, por el Colegio de México, Doctorado en Pensamiento Político y Social por la Universidad de Sussex, Inglaterra. Es Profesor y Director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. En enero de 2014 participó de una Mesa Redonda que proponía reflexionar sobre el tema La opinión pública como un fenómeno social que incide en la agenda política. Introduce algunas consideraciones sobre el origen y funcionamiento en la sociedad moderna. (el audio contiene sus palabras)
2.- Es importante su aporte como investigador académico, por su claridad en plantear la necesidad de ir a buscar en la historia el origen de los hechos. A partir de esta premisa coloca la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa el 26 de agosto de 1789. Destaca la importancia de este instrumento jurídico para la protección del ciudadano respecto de los posibles abusos de poder. Afirma que esos ciudadanos, que se sintieron protegidos por la ley, se pudieron expresar con libertad dando nacimiento al fenómeno de la opinión pública. (el audio contiene sus palabras)
3.- Amigo oyente, puede que Ud. se pregunte: ¿para qué necesitamos escuchar a este profesor? Yo intento contestarle: para conocer como una persona muy bien formada por la academia, profesor titular de una importante Universidad, que escribe libros, etc. expone su modo de pensar. Cuando habla del público (no del pueblo) está pensando en un aglomerado de personas individuales, medibles para la encuestología. El modo de saber que tiene a su alcance es ir a plantearles, a uno por uno, las preguntas que el diseñador de la investigación cree que son las importantes. A partir de allí se encontrará con toda esa información recolectada. Ello le permitirá hacer una interpretación sobre lo que define como la opinión pública.
Preguntémonos si, en realidad, eso es la opinión pública, o es lo que cada entrevistado responde a preguntas que no son de él sino del investigador. Entonces ¿qué debería hacerse? El profesor habla de la dispersión de las opiniones, que se pueden detectar por los medios de información que consumen. Habla de los diversos enfoques que estos ofrecen que demostrarían la pluralidad de formas de pensar. Pareciera que celebra esa condición dado que ello pone de manifiesto la existencia de una sociedad democrática.
Sin embargo, pese a su honestidad no menciona a lo largo de su exposición la concentración de medios y los intereses involucrados en la información que ofrecen. ¿Por qué piensa, hace y propone esquemas de interpretación a partir de esos métodos? Pues, porque el señor profesor es un liberal, formado por las Ciencias Políticas que circulan por las Academias. ¿Esto es un pecado? No, de ningún modo, es sólo una limitación ideológica. No conoce otras maneras de hacerlo. Tiene razón, es lo que se puede hacer encerrado en su gabinete de estudio.
4.- Para contraponer otro modo de pensar el mismo tema, se puede escuchar la palabra de un periodista de larga trayectoria y de prestigio internacional. Es decir, un analista político bien formado intelectualmente, con una fina percepción y análisis de la política. Me refiero a Carlos Gabetta (rosarino-1943), con un nombre bien ganado en la historia del periodismo argentino. Vivió exiliado en México, España y Francia. En esta última trabajó en la Agencia France-Presse. De regreso a la Argentina, fue Director del semanario El Periodista y luego Director de la Edición del Cono Sur de Le Monde diplomatique. Entonces podemos escuchar las reflexiones de alguien que no viene de la Academia, pero que en nada desmerece su capacidad y su profundidad de análisis. Entrevistado en febrero de 2014 por el Profesor José María Ramón, de la Cátedra de Opinión Pública de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, sostuvo una mirada muy interesante sobre la globalización y su relación con los medios: (el audio contiene sus palabras)
5.- Quiero subrayar el modo en que Gabetta hace referencia a la globalización. La presenta con dos caras: a una de ellas la valora porque aportó aspectos positivos y necesarios y, la otra, afirma que debe ser pensada no como un sustantivo, lo que le otorga el carácter de fenómeno objetivo, casi natural. Es como si fuera una tormenta ajena a la voluntad humana. La crítica a esa posición nos lleva a hacer referencia a ella en el modo verbal, lo cual obliga a colocarle un sujeto a la acción globalizadora: ¿quién globaliza? Una vez que es detectado el sujeto globalizador, sin la menor duda los Estados Unidos y sus socios, se comprende mejor quién es el beneficiario de la globalización. Al mismo tiempo, identificamos al culpable de la desigual distribución de las riquezas en el último siglo. Es decir, a los saqueadores del mundo globalizado.
En palabras de Gabetta, “los países que se benefician con la globalización”, equivale a decir los países globalizadores, que se quedan con todas las ventajas de este proceso. Por otra parte, aparecen los países globalizados que deben pagar los costos de esa globalización.
Desnuda así el escenario globalizado, detecta y denuncia a los culpables. Le arranca la máscara que los muestra como benefactores, como los salvadores que vienen a unir a todos “en vivo y en directo”. Recuerde, amigo oyente, cómo se nos ha presentado este proyecto imperial en los grandes medios, a partir de la década de los ochenta del siglo pasado. Gabetta agrega en ese momento, citando a Eduardo Galeano, que en realidad la globalización comenzó hace más 500 años, a partir de la conquista y la colonización de las llamadas Nuevas Tierras. Desde entonces fuimos incorporados al sistema capitalista mundial en la condición de proveedores de materias primas baratas, y compradores de manufacturas caras. Éste es el saldo histórico de la globalización. Aunque tenga un lado aceptable, como Gabetta rescata con razones. Sigamos escuchando sus reflexiones: (el audio contiene sus palabras)
6.- Creo, amigo oyente, que Ud. compartirá conmigo que la exposición de Carlos Gabetta es realmente esclarecedora. Corre el telón informático que oculta lo que no quieren que sepamos. Dicho con una metáfora, no nos dejan ver “el lado oculto de la Luna”. Con una salvedad: el de la Luna no podemos verlo desde la Tierra, por razones cosmológicas. El lado oculto de la globalización está siendo cubierto por la catarata de palabras con las cuales, los grandes medios, nos cuentan la historia según ellos la pintan.