Reflexiones sobre la política – La democracia y el mercado- columna Nº XXII – 30-5-17

Para poder ubicarnos en aquel momento histórico es necesario ser conscientes de la distancia que nos separa de él. Esto exige liberarnos del modo de pensar que tenemos los hombres de fines de la Modernidad. Hacer el esfuerzo por entender los historiales que aquellas personas arrastraban todavía de la cultura medieval, en su proceso de adaptación a las nuevas condiciones de la vida burguesa. Tal vez la mejor expresión para describirlos sería: que si todavía no eran totalmente burgueses como llegaron a ser sus sucesores, pero estaban en el camino de llegar a serlo.

Cabe dejar subrayado acá que los cambios que se van logrando, no intentan todavía una reforma estructural, esto estaba lejos de sus intenciones; responden a la necesidad de defender sus intereses comerciales y de asegurar las ventajas obtenidas. Por tal razón, los lentos avances que se van logrando tan solo pretendían participar en una parte de los privilegios de la nobleza feudal. Esto que queda dicho debe ubicarse en el período que va desde el siglo X hasta el XIV. Sólo dos siglos después adquirirá el carácter político que los siglos XVII y XVIII van a mostrar. El profesor Henri Pirenne, estudioso profundo de esta etapa, afirma sobre este tema:

Basta con echar una ojeada sobre sus principales reivindicaciones para convencerse de que no van más allá de lo estrictamente necesario. Se trata, antes que nada, de la libertad personal, que garantizará al mercader o al artesano la posibilidad de ir y venir, residir donde quiera y poner a punto su persona, así como la de sus hijos, al abrigo del poder señorial. Inmediatamente después reclama la concesión de un tribunal especial, gracias al cual el burgués podrá eludir la multiplicidad de jurisdicciones de las que depende y los inconvenientes que el procedimiento formalista del antiguo derecho impone a la actividad social y económica. Se pretende además el establecimiento en la ciudad de una paz, es decir, una legislación penal que garantice la seguridad; la abolición de las prestaciones que resultan incompatibles con la práctica del comercio y de la industria, y con la posesión y la adquisición del suelo; finalmente, un grado más o menos extenso de autonomía política y de autogobierno local.

Se puede descubrir en esta síntesis el proceso de autonomía tibia con que comienza a instalarse. Sólo, nosotros, observadores histórico-políticos, podemos pronosticar desde la perspectiva del impactante acontecimiento de la Revolución Francesa, lo que sería la consumación revolucionaria del siglo XVIII.

Desde comienzos del siglo X, entonces, podemos observar este proceso de conquistas paulatinas que, a mediados del siglo XII, conseguirá las primeras formas de autonomía comunal. La comuna municipal comienza a institucionalizarse en formas de organización que irán consolidando la autonomía deseada. Este proceso, por los éxitos que muestra, se va a convertir en un modelo a imitar en el resto de Europa. Veamos como lo describe el Profesor Jacques Le Goff:

También en los grandes centros comerciales terrestres comienza a esbozarse entonces una legislación comercial, especialmente en Italia donde un tribunal, la Mercanzia, iba conquistando poco a poco una existencia oficial. En Florencia la Mercanzia será reconocida en 1037 como tribunal público. En París, en el siglo XIII, el tribunal comercial del Parloir aux Bourgeois, desborda también el simple papel de jurisdicción mercantil. Su primer magistrado, el Preboste de los Mercaderes se convierte en una especie de alcalde de la ciudad.

Podemos rescatar, desde nuestra mirada analítica, las primeras formas en la práctica cotidiana, de las nuevas formas institucionales que darán un sustento jurídico al Nuevo Orden Burgués. Representan para la época, todo un alarde de creatividad política en la estructuración de la nueva sociedad. La ciudad se va desprendiendo del régimen feudal y de las viejas leyes que sometían la vida de la ciudad a la autoridad del Señor de la región. La importancia de estos primeros pasos, sólo detectables cuando se las analiza a la luz del proceso posterior, es que iluminan de modo diferente lo que la Historia Oficial nos ha contado. Esto nos lleva al análisis de esas nuevas instituciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.