24 – Los medios de comunicación – Historia de la Sociedad Interamericana de Prensa IV

Ricardo Vicente López – 15-7-15

Un personaje que apareció mencionado en la columna anterior es Jules Dubois (1910-1966), pese a su nombre francés es un estadounidense en el que nos vamos a detener. Wikipedia dice de él:

Fue corresponsal del Chicago Tribune para Latinoamérica y presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa libertad de prensa, de la cual fue uno de los organizares en 1951. Falleció inesperadamente de un ataque al corazón en Bogotá, Colombia, en 1966, y fue descrito entonces como el «más conocido y más laureado periodista del mundo en temas de América Latina».

Pero agrega más adelante, mostrando su otra cara:

En el comienzo de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un oficial de inteligencia del ejército, prestando servicios en Panamá, norte de África, Europa y el Pentágono. Fue Coronel-Instructor de  Estado Mayor en la escuela del Ejército estadounidense en Fort Leavenworth.

El periodista, escritor y docente, Roberto Bardini (1948) publica el siguiente comentario que explica cómo es considerado Dubois en los Estados Unidos y cómo se compensan los servicios prestados:

El cementerio nacional de Arlington ocupa 250 hectáreas con más de 300 mil lápidas de mármol blanco sobre césped bien cortado cerca del Río Potomac y del edificio del Pentágono. Ahí están enterrados los soldados que murieron en todas las guerras en la que participó Estados Unidos, desde la independencia de la Corona Británica y la Guerra de Secesión hasta las ocupaciones de Afganistán e Irak, pasando por Corea y Vietnam. También yace en Arlington, junto a ciertos personajes que prestaron servicios distinguidos al país, el coronel de inteligencia militar Jules Dubois, fallecido el 16 de agosto de 1966, a la edad de 56 años.

Continúa el comentario con otra información que equilibra la anterior mostrando quién fue para América Latina:

Casi desconocido por las nuevas generaciones de periodistas, Dubois fue retratado por el pintor mexicano Diego Rivera en el mural Gloriosa Victoria. La obra, que se conoció en México recién en 2007, fue donada por el artista a los trabajadores rusos y permaneció durante 50 años en una bodega del Museo Pushkin, de Moscú. La pieza es una condena al golpe militar promovido en Guatemala por la CIA y la empresa bananera United Fruit en junio de 1954. En ella aparecen dibujados, además de Dubois, el presidente Dwight Eisenhower (como si fuera una bomba), el dictador guatemalteco Carlos Castillo Armas, y el secretario de Estado John Foster Dulles, hermano mayor de Allen Welsh Dulles, ex presidente de la United Fruit y primer director civil de la CIA en 1953. Fue precisamente John Foster Dulles, ex asesor legal de la compañía bananera y abogado de Prescott Bush –abuelo del presidente George W. Bush– quien calificó al derrocamiento del presidente guatemalteco Jacobo Arbenz y la imposición de Castillo Armas como “una gloriosa victoria”. De ahí el título elegido por Diego Rivera para su mural. Tras el golpe, 12 mil personas fueron arrestadas, se disolvieron más de 500 sindicatos y dos mil dirigentes gremiales abandonaron el país.

En recuerdo de los valiosos servicios prestado al Departamento de Estado y a la Central de Inteligencia Americana (CIA) en Miami también hay un edificio que lleva el nombre de Jules Dubois. Está ubicado en el número 1801 South West de la Tercera Avenida y alberga las instalaciones de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
El periodista e historiador argentino Gregorio Selser (1922-1991) se ocupó durante años de este organismo empresarial. El 1 de diciembre de 1974 publicó en la revista Dinamis, de Buenos Aires, algo que parece redactado ayer:

“La SIP tendió a inmiscuirse cada vez más prepotente y altaneramente en los asuntos internos de los países del continente, como si la OEA o algún otro organismo supranacional hubiera delegado en ella la visión de velar los postulados de la libertad de prensa. […] Presentaba de tal modo que creaba el equívoco generalizado de que obraba en nombre de los periodistas del continente, cuando sólo era la expresión de los dueños de la prensa que en no pocos casos apenas si saben leer y escribir”.

El presidente argentino Juan Perón también se refirió, hace más de 60 años atrás, a las “grandes cadenas de diarios, revistas y órganos publicitarios diversos, que responden a la tendencia occidental, dirigidos, manejados y financiados desde la Sociedad Interamericana de Prensa”. Esto fue escrito en Los vendepatria, publicado en el exilio en 1957, que parece redactado ayer:

“Los órganos independientes, que en pequeño número funcionan en algunos países, deben vivir muy aleatoriamente, desde que las grandes cadenas les hacen una guerra ruinosa de avisadores, hasta conseguir su quiebra económica. El sistema es fácil, los grandes órganos realizan el boicot a las empresas comerciales y particulares, que publicitan en los diarios de la «lista negra». Así se va consiguiendo una unanimidad para que todos los «órganos de opinión» respondan a la «voz del amo». A esto se le llama ahora «libertad de prensa». Para combatir a la prensa que no acepta esos mandatos, comienzan a cursar despachos con «noticias» en los que se tendrá buen cuidado de decir que se trata de la prensa de un «dictador» y que el régimen es «totalitario» o «antidemocrático» y a renglón seguido se comienza a hablar de una revolución, mientras viaja el inefable Jules Dubois para anunciarla”.

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